1 de enero, 2 de febrero…escalera sanferminera para celebrar que ya falta menos, que nos llevó hasta la Vall d´Aran a 40 Irrintziskis con pañuelico rojo al cuello. Tocó madrugar el sábado para montarse en el autobús y en plena tormenta poner rumo a Beret. Viaje amenizado por las princesas y su película pre adolescente (lo tenía todo, “Loca Academia de Policía” “El Internado” UPA Dance” “Tu a Boston y yo a California”…y unas interpretaciones low cost).

Grupetta de Irrintzi en Montgarry

El viaje se hizo corto. En Beret aunque alguno se hizo el remolón, tocó ponerse los skis…y el chubasquero. Entrenamiento pegado por el Pla de Beret de los txikis y disfrutando de la bajada de Montgarry de los haundis (con montonera Encierro style incluida). Algún popular se arrepintió entonces de haberse metido en la aventura de los 42km. Tras la comida en Salardú y la recogida de dorsales, camisetas y obsequios, llegamos al Camping Verneda. Reparto de Bungalows, desenceraje y maratoniana sesión de preparación de skis para la carrera, que nos tuvo toda la tarde ocupados. Menos mal que el Guaje Nacho evitó que nos deSIDRAtásemos con el cargamento traído desde Asturies. Pronto a la cama.

«Ingenieros» expertos en ski

El 2 de febrero amaneció accidentado en el Camping. A los roncaleses no les arrancaba el autobús y hubo que ayudarles, por lo menos hasta subir a Vielha, en mitad de los nervios pre carrera. Finalmente todo quedó en un poco de apuro y todos pudieron participar en la carrera.

Encerada masiva y todos para la salida. Pistoletazo y a tope, empujada, empujones y cruces en los primeros kilómetros, hasta coger cada uno su sitio. Jesus, Cynthia, Periko y Oskar, con calma a los 42km. Los populares de la prueba de 21km, a cara perro, defendiendo orgullos propios y piques colectivos. Alguno acabó apretando el culo, ante la cercanía de un popular que está tocando fuerte la puerta del equipo élite. Y la txikilleria de los 10km disfrutando y debutando en una carrera que engancha, especial dentro de la temporada. Algunos a tope, otros de tertulia, esquiando entre amigas. El resultado, quedó plasmado en la euforia y alegría que todos y todas teníamos en el autobús. Especial aplauso, para los gudaris de los 42kilómetros en una jornada dura tanto de trazado como en condiciones metereológicas. De hecho a Periko dicen, se le quedó corta la carrera…

Viaje de regreso con alguna cabezada fruto del cansancio, charlas repasando cada curva, subida o lance de la carrera y sobre todo, con retos para la próxima edición de la Marxa Beret.

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