Días de Rugby, de dominio del hemisferio sur sobre el norte, apasionantes partidos con Guinness en mano… El Mundial de Rugby atrae a la prensa hacia este “deporte de Hooligans practicado por caballeros”, y hablan de la deportividad, el respeto al rival, la consideración al árbitro y la educación (algo extraño en medios acostumbrados a deportistas que fingen lesiones y agreden al adversario). Destacan las crónicas, el conocido tercer tiempo del Rugby, la camaradería por encima de los colores y las disputas del campo. Leo las crónicas y sonrío, porqué en el esquí de fondo, sabemos muy bien de que va esto: hablo de nuestro tercer tiempo.

El tercer tiempo del esquí de fondo no está en un vestuario, habitualmente se celebra en la punta más alta de alguna cuesta. Sociedades, clubes, posadas…o un par de mesas de camping sirven para reunir a esquiadores y esquiadoras de diferentes equipos tras las carreras de rollerski. Tal vez no haya mucha cerveza, creo que nunca he visto una Guinness; pero no falta la sidra, el vino…también algo de aquarius y powerade. Alguno todavía está rojo del esfuerzo, pero no duda en meterle mano a la txistorra. Porque eso sí, todas las dietas de deportistas se olvidan tras la carrera. Txistorra, queso, jamón, xolomo. No somos corpulentos como los temidos neozelandeses, pero los cuerpos finos engullen sin problemas las tortillas que ya no quedan en los platos.

En las mesas se mezclan los rosas, rojos o azules de los equipos. Se habla de la carrera, pero también de fiestas y juergas, de los estudios, de ruedas y rodamientos. Los padres y madres se suman, se merecen también el avituallamiento, que sus horas de coche y furgoneta les cuesta. Se hacen planes, viajes…una aceituna vuela de una mesa a otra, otros se hacen un selfie. Rivales pero amigos. Hay felicitaciones a quienes se han pegado carrerón y aplausos para quienes lo han pasado peor. Deportividad y compañerismo, todos y todas han sufrido lo mismo.

El tercer tiempo del esquí de fondo, no saldrá nunca en una portada o un informativo y eso que fotos no faltan. Todos terminan igual, con fotaza de grupo, donde de nuevo se mezclan el rosa, el rojo y el azul de las chaquetas. Despedida y a los coches de vuelta, hasta la próxima carrera…y su posterior merienda.

Haritz

Categorías:Temporada 2015/2016